Las cepas perfectas para pescados y mariscos
En este Mes del Mar te queremos contar cuáles son las mejores cepas para maridar con pescados y mariscos. Y no todas son blancas, porque algunos tintos también complementan muy bien los sabores de los frutos del océano.
Desde la comunidad Nos Gusta El Vino, de Vinos de Chile, nos ayudan a seleccionar aquellos vinos que cumplen con este objetivo. La idea es aprovechar de la mejor manera posible nuestra privilegiada condición geográfica, que nos vincula desde nuestros orígenes con el mar.
Por algo contamos con una Zona Económica Exclusiva que se aproxima a los 3,4 millones de kilómetros cuadrados. Eso es 4,5 veces mayor a la superficie continental de nuestro territorio, espacio donde se realiza el 96% del comercio internacional mediante vía marítima.
En cuanto a gastronomía, nuestras costas nos proveen de una inmensa variedad de pescados y mariscos. Y, mito o no, durante años se ha asegurado que, en la mesa, estos deben acompañarse de vino blanco. Eso es más de gusto que de reglas, porque lo cierto es que también hay tintos que maridan muy bien con platos protagonizados por productos del mar.
Los tintos
En el caso de los tintos, hay que entender que hay diferentes tipos. “Y para su maridaje con platos marinos se deben tener en cuenta los taninos, seleccionando aquellos vinos que tengan baja carga tánica. Especialmente con los platos que tienen limón, ya que la acidez y los taninos chocan y suelen dejar un gusto metálico y amargo no muy agradable”. Así lo señala la enóloga Rocío Marchant, de Vinos de Chile.
Teniendo esto en cuenta, las cepas tintas que van perfecto con preparaciones con pescados y mariscos son las siguientes.
Pinot Noir. Un vino ligero, afrutado y con buena acidez, además suelen tener un paso en barrica que le otorgan notas ahumadas.
Garnacha. Suelen ser vinos de taninos suaves, afrutados y persistentes, un buen hit con platos con pescados.
País. La variedad que se ha arraigado al campo chileno y que tiene taninos suaves y amables, ideales para pescados y preparaciones un poquito más rústicas.
¿Y los blancos?
Los preferidos de siempre son Sauvignon Blanc y Chardonnay.
Sauvignon Blanc. Íntimamente ligado a climas fríos, y en Chile históricamente al Valle de Casablanca, esta variedad está definida por la palabra frescor. Son vinos altamente aromáticos, caracterizados por frutos cítricos, manzana verde, pera crujiente, y/o piña vibrante, y quizás con un pedregoso borde mineral. Notas que maridan con mar y recetas costeras, que exigen un vino que balancee la potencia de sus platos.
Chardonnay. Un favorito a nivel mundial entre los vinos blancos. Esta uva ha sabido adaptarse en áreas de climas fríos, tales como Casablanca, San Antonio, Aconcagua y, de modo más reciente y con mucho éxito, en Limarí. Intenso en boca, es una cepa que se muestra vibrante en los terruños correctos. Produce uvas que agradecen el paso por madera otorgándole complejidad y tonos a avellanas tostadas en su justa medida. Perfecto para pescados de cuerpo completo y carnes blancas.