sábado, octubre 5, 2024
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¿Sabes qué es “alimentación sustentable” y su importancia?

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Para que se entienda la importancia del “comer consciente” es necesario partir con la premisa de que una dieta sustentable beneficia la salud y al ambiente. Y todos tenemos responsabilidades sobre nuestras elecciones a la hora de comer y adquirir alimentos.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, generó una definición de dieta sostenible o sustentable. Son aquellas que tienen un efecto protector y respetuoso de la diversidad biológica y los ecosistemas. También permiten la optimización de los recursos naturales y humanos.

Karolina Lama.

“Entre los principales beneficios de la alimentación sustentable se puede mencionar que los productos utilizados son libres de pesticidas y químicos perjudiciales para la salud. Y que, como se aprovechan los alimentos que son producidos de forma local, no pierden los nutrientes que implican los procesos de almacenamiento y transporte”. Así lo explica Karolina Lama, creadora de “La Terapia,” una instancia de consciencia donde mujeres aprenden a conocer sus emociones con la comida y cómo impulsos no comprendidos afectan su salud corporal y mental.

Prácticas sustentables

Para tener una alimentación sustentable, la FAO exige considerar todos los aspectos y fases de vida de un producto, desde la producción hasta el consumo final. Así, por ejemplo, en la producción se utilizan técnicas y prácticas agrícolas que protegen la salud pública, las comunidades, el medio ambiente y el bienestar de los animales. En la comercialización, en tanto, se optan por medidas como envases reciclados. Asimismo, el procesamiento no incluye aditivos ni conservantes y se evitan procesos que consumen una alta cantidad de energía y agua.

Se deben preferir los productos locales producidos a nivel nacional, ya que el trámite de importación aumenta la huella de carbono y los productos propios de la estación climática. Además, se debe evitar descartar la piel de los productos, como las frutas, para aprovecharlos al máximo.

También se recomienda congelar los productos frescos y los restos de comida antes de que se descompongan. Donar lo que no se vaya a aprovechar y, si ya es demasiado tarde para eso, usarlos como abono en, ojalá, huertas propias.

Planificar los menús de la semana para evitar las compras compulsivas y pedir en el restaurante que se empaque para llevar lo que no consumió.

Para Karolina, este tipo de alimentación con bajo impacto ambiental contribuye a la seguridad alimentaria, nutricional y a la vida sana de las personas y los animales.

Además, dice, las dietas sustentables son la evolución de la cultura actual, deberían ser económicamente justas y asequibles. Los alimentos “reales” son nutricionalmente densos, ricos en nutrientes y saludables.

Hacer las compras

El medio ambiente se encuentra en constante amenaza: calentamiento global, escasez de agua, erosión de suelos, entre otros. Si bien la necesidad de ser sostenibles está más presentes que nunca, la pandemia dejó en evidencia el efecto de nuestras acciones en la naturaleza. Consumidores y marcas se alinean a contribuir con esta misión. Y mientras que 9 de cada 10 personas se muestra consciente de los riesgos ambientales, sólo 2 de cada 10 consumidores están convencidos de pagar de más por un producto que sea sustentable.

Ensalada de pasta.

El consumidor de hoy es un consumidor complejo, está más informado y consciente, por esto es más demandante con las compañías. A nivel global, un 95% de las personas piensa que las empresas tienen responsabilidad en el cuidado del ambiente.

La profesional dice que la sustentabilidad debe ser entendida en un sentido amplio, incluyendo lo ambiental, pero también lo social y lo económico. No tiene que verse sólo como un elemento que puede afectar la reputación corporativa, sino como una oportunidad de crecimiento del negocio. Es necesario cambiar el mindset y entender que lo que es positivo para la comunidad, también puede serlo en términos comerciales.

Son casi 8 de cada 10 los consumidores que creen que las empresas no están haciendo lo suficiente para cuidar el medio ambiente. Esta creencia es aún más potente en las generaciones más jóvenes, más exigentes y demandantes. Ellos piensan que las empresas tienen la responsabilidad de encarar el problema con acciones concretas.

Hay muchas actividades que se pueden realizar en la vida cotidiana se trata de empezar por casa. Allí está la separación de residuos, ahorro de energía y agua potable, priorización de empaques hechos con material reciclado. También la adopción de medios de transporte no contaminantes, alimentación orgánica y huertas en casa, etc.

“La conciencia de nuestra capacidad para cambiar la realidad nos empodera, pero también conlleva una responsabilidad individual y colectiva”. Así lo complementa Sebastián Corzo, marketing & business development leader de Kantar Insights división.


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