¿Por qué las carnes rojas se suelen acompañar con vinos tintos?
Septiembre trae consigo la temporada de asados, reuniones con amigos y familia, y también el protagonismo del vino. Cuando se trata de carnes rojas, los tintos se posicionan como la mejor compañía y no es por casualidad. Detrás de esta elección hay una explicación científica: los taninos.
Estos compuestos astringentes, presentes en la piel, semillas y escobajos de las uvas tintas, y que también aportan las barricas durante la crianza, interactúan con la grasa y las proteínas de la carne. Son especialmente relevantes en cortes grasos. Esta interacción realza los sabores de la carne, suaviza su textura y permite que la grasa disminuya la astringencia del vino, logrando un equilibrio más suave y agradable.
Bruno Nervi, experto en asados e influenciador, señala que «para mí, no hay nada mejor que acompañar un buen asado con vino tinto. El sabor del vino realza el de la carne y hace que cada corte se disfrute aún más. Es una combinación que nunca falla».
Combinaciones ideales
Si la carne elegida es un corte graso y fuerte, como el cordero, lo ideal es maridarlo con un vino estructurado como un Cabernet Sauvignon. Si el corte es más magro, un vino más ligero será la alternativa perfecta e, incluso, podría combinar con rosé con cuerpo.
Para tus próximos asados, una elección podría ser la línea Cabernario de Viña Santa Rita. En las etiquetas de sus cuatro variedades —Cabernario N°8, N°2, Red y Special Selection— incluyen una barra de intensidad de sabor, lo que facilita la elección del vino perfecto. Puedes encontrarlos en supermercados y en la tienda en línea Santaritaonline.com
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