lunes, junio 16, 2025
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Las sopaipillas son el ícono gastronómico del otoño-invierno chileno

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Cuando las lluvias y el frío se apoderan del otoño-invierno chileno, las sopaipillas emergen como uno de los productos más consumidos y queridos por la población. Esta masa frita, presente en carritos callejeros, panaderías y hasta en restaurantes de alta cocina, es un símbolo transversal de la cultura alimentaria nacional.

Aunque muchos consideran las sopaipillas como un producto netamente chileno, su origen se remonta a la gastronomía árabe. El término “sopaipilla” proviene de la palabra “sopaipa”, y fue traído a América por los españoles, quienes la adoptaron tras la colonización árabe. En Chile, se le agregó un sello distintivo: el zapallo, principalmente en la zona central, lo que le otorga un sabor más dulce y una textura más suave.

Las sopaipillas no sólo son un alimento, sino también un elemento de identidad cultural. Su presencia en las calles, especialmente en días lluviosos, es casi un ritual para los chilenos. Según una encuesta reciente, un 74% de los encuestados afirmó que las prefieren cuando llueve, siendo las favoritas las pasadas con chancaca, con pebre o solas.

¿Son saludables?

Desde una perspectiva nutricional, las sopaipillas deben consumirse con moderación. Cada unidad contiene aproximadamente 150 calorías, cifra que puede aumentar a más de 250 si se preparan “pasadas” con chancaca. Comer dos o tres puede representar una carga calórica considerable, por lo que los expertos recomiendan no sumarlas a otras colaciones, sino reemplazar una comida ligera por ellas.

Para quienes buscan opciones más saludables, los especialistas sugieren preparar versiones caseras con vegetales como base (betarraga, por ejemplo). También se pueden adoptar otros métodos de cocción, como el horno en vez de la fritura tradicional.

El toque gourmet

Si bien las sopaipillas son un clásico de la cocina popular, también han encontrado su espacio en la gastronomía gourmet. Algunos chefs innovan con versiones al horno e, incluso, han incorporado vino merlot o carmenere en lugar de agua para una sopaipilla pasada diferente y deliciosa.

En definitiva, las sopaipillas son mucho más que una simple masa frita. Son un símbolo de identidad, un refugio contra el frío y un placer culinario que une a los chilenos en torno a la tradición. Ya sea en su versión clásica o con innovaciones modernas, siguen reinando como el alimento estrella del invierno chileno.

Dos recetas

Si deseas poner manos a la obra y hacer tus propias sopaipillas, aquí tienes dos recetas de sopaipillas.

Sopaipillas tradicionales

Ingredientes
  • 200 gr. de puré de zapallo.
  • 3 cucharadas de mantequilla derretida.
  • 1 cucharadita de sal.
  • 250 gr. de harina.
  • 1 cucharadita de bicarbonato.
  • 80 ml. de leche caliente.
  • Aceite para freír.
Preparación

Mezcla la harina y el bicarbonato en un bol.

Agrega la mantequilla derretida, la leche caliente, la sal y el puré de zapallo.

Amasa hasta obtener una masa suave y elástica.

Estira la masa con un rodillo y corta círculos de aproximadamente 10 cm de diámetro.

Pincha cada sopaipilla con un tenedor.

Fríe en aceite caliente (180°C) durante 1-2 minutos por cada lado.

Retira y coloca sobre papel absorbente.

Sirve calientes y disfruta.

Sopaipillas saludables (al horno)

Ingredientes
  • 1 taza de puré de zapallo.
  • 1 taza de harina integral.
  • 1 taza de harina de trigo normal.
  • 2 cucharadas de aceite de oliva.
  • 2 cucharaditas de sal.
  • 1 cucharadita de polvos de hornear.
Preparación

Mezcla todos los ingredientes hasta obtener una masa homogénea.

Estira la masa y corta círculos.

Pincha con un tenedor y hornea a 180°C por 15 minutos.

Sirve calientes y acompaña con pebre o mostaza.


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