Mañana es el Día del Enólogo. ¡Salud por ellos!
Los vinos no se hacen solos, sino que son el resultado del trabajo del enólogo, cuyo rol es fundamental en todo el proceso de elaboración. Incluye la elección del terruño y las uvas, gestión y cuidado de la vid durante el cultivo, supervisión, control de calidad e innovación. También incorpora su almacenamiento, conservación, embotellado e, incluso, comercialización, entre otras cosas.
Para países como Chile, donde se exporta el 76% del vino producido, el rol de estos profesionales es clave. Por eso, mañana sábado 28 de noviembre se celebra una nueva versión del Día del Enólogo.
En términos informales, este profesional es quien puede identificar el color, bouquet, sabores y retrogusto que hay en cada botella de vino. Ellos han llenado de placeres la vida del hombre desde tiempos inmemorables, por eso tenemos mucho que agradecer. Como señala Noelia Orts, enóloga de Viñedos Emiliana, “lo que más contenta me pone es ver o saber que a la gente le gustan mis vinos, que mis vinos les dan felicidad. Eso es lo más gratificante de este trabajo”.
Si te atrae el arte de crear vino, en Chile se debe tener primero el título universitario de Ingeniero Agrónomo. Y después realizar un examen de validación que realiza la Asociación de Ingenieros Agrónomos Enólogos. Los atractivos para seguir este camino son muchos, como explica Diego Rivera, enólogo de Garcés Silva. “Valoro mezclar una vida ligada a la naturaleza con la elaboración de un producto que es parte de la buena mesa y que nos acompaña en todos los grandes momentos”.
¿Cómo se decide ser enólogo? ¿Se nace o se hace? Hay diferentes ejemplos. El italiano Alberto Guolo, enólogo de Casas del Bosque, cuenta que “no decidí ser enólogo, prácticamente nací dentro de una bodega en Italia, por lo que el vino estaba en mi ADN. Estudié Economía, pero volví a la Enología, me titulé y siempre he trabajado en esto. Me encanta ser el traductor del potencial del viñedo para llevarlo al consumidor”.