El chorito como alternativa en las cenas de fin de año
En una paella, risotto, ceviche o entrada. Son múltiples las opciones en que el apetecido mejillón, más conocido en Chile como chorito, puede ser protagonista de una cena de Navidad o Año Nuevo.
El fin de año es el momento perfecto para lucirse con ricas preparaciones para la familia y amigos. Una propuesta diferente y muy nutritiva son los platos que contienen esta proteína proveniente del mar.
El chorito destaca por ser rico en una gran variedad de nutrientes, además de ser muy saludable, a diferencia de otras carnes. En esa línea, Marcela Rivera, directora de Nutrición y Dietética de la Universidad del Alba asegura que el chorito “contiene múltiples e importantes aportes. Es alto en proteínas, rico en ácidos grasos, omega 3, vitaminas del complejo B, vitamina C, potasio, ácido fólico, hierro, fósforo, manganeso, selenio y zinc”.
Y además es versátil, pues puede incluirse tanto en entradas frías como en platos de fondo. Rivera da alternativas de preparación como entrada. “Acompañados de salsa verde, como ceviche, ensalada o crema de choritos. Y como plato de fondo pueden ser gratinados, en paellas o risotto de choritos”.
¿Cuántos choritos es recomendable consumir? La especialista asegura que pescado o mariscos deben estar presentes dos días en el menú semanal. En cuanto a la porción para un adulto corresponde a 15 unidades, en reemplazo de otros tipos de carnes.
Amigable con el medioambiente
Todos sabemos que aburre comer siempre lo mismo, pero con el chorito eso es difícil que suceda gracias a las distintas presentaciones que hoy ofrece el mercado. Concha entera, media concha y carne sin concha, además de algunas variedades con salsa verde, vino o jugo de tomate. Esas son parte de las alternativas gourmet que hoy se pueden encontrar.
En esa línea, Pedro Ovalle, gerente comercial de St. Andrews, asegura que “nuestro producto es de calidad premium. Especial para lucirse con los amigos y familiares este fin de año, con una rica paella o ceviche. Es una opción diferente, con un buen aporte nutricional, sustentable y producto típico chileno”.
Por otro lado, la versión cocida-congelada cada día gana más adeptos entre los chilenos. Es un formato que se encuentra disponible todo el año y que no tiene los problemas de perecibilidad del producto fresco. Es así como su proceso completo no logra superar las 24 horas desde que se cosecha el chorito hasta que finaliza su cocción y congelado.
Sus cualidades alimentarias no son lo único destacable del mejillón. Otra característica es su bajo impacto medioambiental, además de ser orgánico. Pedro Ovalle aseguró que “medimos la huella de carbono del proceso, la que es casi neutral. Si la comparamos con otras proteínas como el salmón, pollo, cerdo y vacuno, nuestros choritos tienen una huella hasta 20 veces más baja”.
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