Chile consolida su liderazgo en la exportación de vino a granel
Chile se está consolidando como uno de los principales actores en el comercio mundial de vino a granel. Así lo revelan las estadísticas, pues exportó más de 333 millones de litros durante el año 2024. Esta cifra representa el 9,8% del total global y posiciona al país en el cuarto lugar entre los exportadores internacionales. Sólo por detrás de España, Australia e Italia.
El vino a granel, definido como aquel que se comercializa en envases superiores a los 10 litros, tiene como destino habitual el fraccionamiento por parte de otras bodegas o empresas. Este segmento representa el 34,5% del comercio mundial de vino, con un volumen total de 3.400 millones de litros vendidos en el último año.
Diversos destinos
Chile ha logrado una presencia significativa en este mercado, exportando a 36 países. Entre los principales destinos se encuentran Reino Unido, que concentra el 21,5% de las compras; China, con el 17,3%; Estados Unidos, con el 13,2%; y España, con el 8,9%. El precio promedio por litro de vino a granel chileno se ubica en 0,75 dólares. Aunque existen mercados que pagan valores superiores, como el Reino Unido, donde el precio alcanza los 1,4 dólares por litro.
La estabilidad en los volúmenes exportados ha sido una constante en los últimos cinco años, con un promedio anual cercano a los 330 millones de litros. Esta consistencia refleja una estrategia consolidada y una infraestructura eficiente que permite sostener el ritmo de crecimiento.
Razones del éxito
Dos factores estructurales explican el éxito chileno en este segmento. Por un lado, la ventaja logística que ofrece la cercanía de las principales zonas productoras a puertos como San Antonio, en la región de Valparaíso. Eso permite reducir los costos de transporte y facilitar el despacho internacional.
Por otro lado, los acuerdos comerciales bilaterales vigentes con países compradores eliminan o reducen las barreras arancelarias. Ello incrementa la competitividad del vino chileno en mercados clave.
La estabilidad macroeconómica, sumada a una infraestructura exportadora robusta, ha sido fundamental para el posicionamiento de Chile como referente en el comercio de vino a granel. Su capacidad para adaptarse a las exigencias del mercado internacional y mantener precios competitivos lo convierte en un actor destacado dentro del Nuevo Mundo vitivinícola.
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