Restaurante monoproducto en carnes celebra primer año de vida
A un año de su apertura, Kilú se afianza como un referente en el sector gastronómico chileno. La propuesta instaló con éxito un modelo de restaurante monoproducto enfocado en la calidad de sus cortes de carne y una experiencia memorable.
La evaluación de este primer ciclo es sumamente positiva para sus propietarios. Ello refleja un crecimiento sostenido, la formación de una clientela leal y la consolidación de una propuesta que se distingue por su autenticidad.
Escucha activa
El camino de Kilú ha sido orgánico y evolutivo. Desde su inicio, el restaurante ajustó gradualmente horarios, optimizó su menú, enriqueció su carta de vinos con opciones más sofisticadas y desarrolló una coctelería propia.
Este proceso fue constantemente guiado por la retroalimentación de sus comensales. «Este primer año nos enseñó que, si escuchas a la gente y mejoras con honestidad, el proyecto crece de forma natural», comenta Felipe Guerra, fundador de Kilú.
Propuesta distintiva
Kilú ha cimentado su diferenciación en tres ejes estratégicos dentro del competitivo mercado. El primero es la calidad innegociable del producto basada en una cuidadosa selección de cortes de proveedores especializados y consistentes es el corazón de su oferta.

El segundo eje es la transparencia de precios, pues se ha mantenido una política de precios claros desde su inauguración. Y lo tercero es un ambiente cercano y equipo estable de garzones, bartenders y parrilleros, que genera una experiencia de cercanía esencial para los visitantes frecuentes.
Aunque el equipo no proviene del rubro gastronómico, su enfoque fue siempre ofrecer el estándar de experiencia que ellos mismos desearían recibir. Su filosofía se basa en el respeto constante hacia clientes, proveedores y colaboradores, la consistencia en la calidad y la honestidad al enfrentar cualquier desafío. Esto ha permitido a Kilú conectar con audiencias variadas, desde grupos de amigos y familias hasta comensales que acuden solos, encontrando un espacio confiable y genuino.
Favoritos del público
Durante el año, ciertos cortes se han erigido como los favoritos, destacando el Lomo Vetado con hueso, el Entrecot y la emblemática Punta Picana de un kilo. La evolución del servicio ha abarcado desde los tiempos de espera y la presentación de platos hasta la cristalería, manteniendo siempre el espíritu directo y simple que define a Kilú.
«Queríamos que la experiencia fuera clara: vienes a comer carne, eliges el corte y el punto, del resto nos encargamos nosotros. La simpleza es parte de nuestra identidad», explica Guerra.
Proyecciones para el segundo año
Para su próximo ciclo, Kilú planea una evolución en su propuesta que incluye una carta ampliada, pues se sumarán a la base siete cortes permanentes, los más solicitados por los clientes. También habrá una innovación en cortes invitados, donde seguirán las rotaciones mensuales, con la posibilidad de incorporar proteínas más exóticas. Además, se agregará mayor dinamismo en vinos, puesto que la carta de vinos se renovará cada dos meses.
Sin embargo, el eje central del proyecto se mantiene inalterable. «Queremos seguir creciendo, pero sin perder lo que nos hace Kilú: calidad, abundancia y una experiencia honesta para todos», concluye Felipe Guerra.
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