Chilenos muestran una mayor apertura a probar nuevas marcas
Un reciente estudio de NielsenIQ reveló que el consumidor chileno atraviesa una transformación significativa en sus hábitos de compra. Según el análisis, la Generación Z es donde las marcas tradicionales han perdido más relevancia.
Para este grupo etáreo, el logo ya no es garantía de elección. En cambio, lo que pesa más son factores como el valor percibido y la experiencia de consumo.
Claves del cambio
Algunos de los descubrimientos hechos en torno al nuevo consumidor chileno son los siguientes:
– Mayor disposición a probar alternativas nuevas: los consumidores están abiertos a experimentar con productos distintos, lo que reduce las barreras de entrada para marcas emergentes.
– Relación precio-calidad como prioridad: el costo sigue siendo un factor decisivo, pero acompañado de una expectativa de calidad mínima. Esto obliga a las empresas a ofrecer propuestas competitivas y transparentes.
– Diversificación de canales: el consumidor explora tanto el retail tradicional como el comercio electrónico, lo que amplía las posibilidades de posicionamiento para nuevos actores.
– Menor fidelidad a las marcas: especialmente entre los jóvenes, la lealtad se diluye y se reemplaza por una búsqueda constante de valor.
Potencial para nuevas marcas
Este escenario abre un terreno fértil para productos innovadores, sostenibles y con narrativa auténtica. Las marcas que logren conectar con las motivaciones del consumidor —precio justo, calidad confiable y diferenciación cultural o tecnológica— podrán ganar espacio rápidamente.
– Startups y emprendimientos locales tienen la oportunidad de competir en igualdad de condiciones frente a grandes compañías, siempre que logren transmitir confianza y relevancia.
– Categorías emergentes como alimentos funcionales, bebidas alternativas, productos eco-friendly o experiencias digitales pueden capitalizar la curiosidad del consumidor.
– Estrategias de comunicación centradas en transparencia, cercanía y propósito social resultan más efectivas que la publicidad tradicional basada en prestigio de marca.
Un consumidor más crítico y explorador
El nuevo perfil del consumidor chileno refleja un mercado dinámico y menos predecible, donde la innovación y la adaptabilidad son claves. Para las empresas, el desafío es doble: mantener precios competitivos y, al mismo tiempo, ofrecer propuestas que generen confianza y valor agregado.
En definitiva, Chile se convierte en un laboratorio atractivo para las marcas que buscan crecer en un mercado en transformación. Uno con consumidores dispuestos a explorar y evaluar más allá de los nombres tradicionales.
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