Cerveza sin alcohol da paso al “consumo cebra”
Este 1º de agosto, en el marco del Día Internacional de la Cerveza, el mundo celebró una bebida milenaria que hoy atraviesa una transformación profunda. La cerveza sin alcohol, antes vista como una alternativa marginal, se ha convertido en una categoría en expansión que responde a nuevas formas de vivir, consumir y celebrar.
Mientras el volumen de cerveza con alcohol cayó un 1% a nivel mundial en 2023, la cerveza sin alcohol creció un 9%, alcanzando un valor de mercado de 13.700 millones de dólares. De hecho, hoy sus proyecciones señalan que superará los 23.000 millones para 2025 y US$43.900 millones para 2035.
En países como Alemania y España, esta categoría representa más del 7% del consumo total. Y en Estados Unidos el volumen creció un 175% entre 2019 y 2024.
La innovación ha sido clave. Marcas como Heineken, AB InBev y Carlsberg han invertido en técnicas como la desalcoholización por ósmosis y la fermentación controlada. De esta forma logran cervezas sin alcohol con perfiles sensoriales cada vez más sofisticados.
Chile: entre la tradición y el cambio
En Chile, el fenómeno también se consolida. Según el gremio Chile País Cervecero, el consumo de cervezas sin alcohol ha crecido un 35% en los últimos años. Y tres de cada cuatro cervecerías grandes ya ofrecen alternativas “cero”. Más de la mitad de las cervecerías pequeñas proyecta sumarse en los próximos tres años.
La marca Kunstmann, pionera en este segmento, lanzó su primera lager sin alcohol en 2005 y recientemente presentó una ale experimental libre de alcohol. Además, datos de Almacenes Digitales revelan que el promedio diario de ventas en almacenes de barrio es de 19 unidades de lunes a viernes. Esta cifra sube a 32 los fines de semana, lo que indica una adopción creciente en contextos sociales.
Aunque la categoría representa solo el 1,4% del mercado cervecero chileno, su crecimiento supera al de las cervezas con alcohol.
Consumo cebra: beber con conciencia y estilo
Una de las tendencias más interesantes que acompaña este auge es el llamado «consumo cebra», inspirado en la armonía blanco-negro del animal. Esta práctica propone alternar cervezas con y sin alcohol según el momento, el entorno o el estado de ánimo. No se trata de abstinencia, sino de elección inteligente y creativa.
Entre sus beneficios está llevar un estilo de vida saludable. Es decir, preferir cervezas 0,0% alcohol y bajas en calorías (menos de 70 por botella), que son ideales para quienes cuidan su alimentación.
También está la versatilidad, pues se pueden disfrutar en cualquier momento del día, sin restricciones. A lo que se suma calidad y sabor, ya que algunas marcas ofrecen cervezas con ingredientes 100% naturales y perfiles refrescantes.
Este enfoque está ganando terreno entre jóvenes adultos y consumidores que valoran el bienestar sin renunciar al ritual cervecero. En festivales, reuniones familiares o jornadas laborales, la cerveza sin alcohol se convierte en una aliada que amplía las ocasiones de consumo.
La cerveza sin alcohol ya no es una alternativa: es una nueva forma de entender el placer cervecero. Y en Chile, como en el resto del mundo, el cambio ya está en marcha.
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