Investigadores chilenos están trabajando en un proyecto innovador para desarrollar un catastro de los virus que afectan a las viñas del país. El objetivo principal del proyecto es detectar variantes virales en las vides para reducir el impacto económico que estas enfermedades tienen en la viticultura chilena. Actualmente, no existe un catastro actualizado de todos los virus que afectan a las vides en Chile, lo que dificulta la detección y control de estos patógenos.
El proyecto, financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), busca estandarizar los protocolos de los laboratorios para detectar estos patógenos y mejorar la calidad de las uvas y vinos chilenos. La colaboración entre el sector público y privado es esencial para mantener actualizada la situación virológica de la viticultura chilena y mitigar el impacto económico de estos fitopatógenos.
La iniciativa es un esfuerzo colaborativo que involucra a investigadores e investigadoras de tres centros de investigación de la Universidad Andrés Bello. Cuenta con la colaboración de UC Davis Chile, la Universidad de Chile, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), así como los viveros Univiveros y Nueva Vid. Se suman las viñas Concha y Toro, Santa Carolina y Luis Felipe Edwards Wines, y el laboratorio de diagnóstico vegetal Vitalab.
Monitoreo continuo
«La colaboración entre el sector público y privado, así como el avance tecnológico y científico, son esenciales para mantener actualizada la situación virológica de la viticultura chilena y mitigar el impacto económico de estos fitopatógenos». Así lo destaca Adiel Cayo, encargado de la Sección Inteligencia Fitosanitaria del SAG e integrante del proyecto.
Las vides son uno de los cultivos frutales con más patógenos virales descritos en el mundo. En Chile, el SAG tiene un programa de monitoreo continuo de plagas y enfermedades en vides a nivel nacional donde se incluyen los virus. Sin embargo, dice Ariel Orellana, director del Centro de Biotecnología Vegetal de la Universidad Andrés Bello y director del proyecto: «Actualmente no existe un catastro actualizado de todos los virus que afectan a las vides de nuestro país, no se consideran variaciones genéticas locales y hace falta estandarizar los protocolos que tienen los laboratorios para detectar estos patógenos».
La implementación de un sistema de monitoreo genético permitirá una vigilancia más efectiva y rápida de las variantes virales. Ello contribuirá a la sostenibilidad y productividad de la viticultura chilena en el largo plazo.
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