martes, abril 23, 2024
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Buen desempeño laboral y alimentación

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En Chile la mayoría de las personas tiene una jornada de trabajo de 9 horas diarias, por lo que es esencial una alimentación equilibrada para tener una buena calidad de vida laboral. Y como parte de la paulatina salida del confinamiento por Coronavirus, esta necesidad se está reactivando.

En la actualidad, los patrones alimentarios de la mayoría de las personas se basan en una dieta con alta densidad energética. Es decir, con gran cantidad de grasa total y azúcar adicionados a los alimentos, baja ingesta de carbohidratos complejos, fibra, frutas y verduras, y alto consumo de sodio. Todo ello va estrechamente relacionado con la intensificación de enfermedades crónicas como diabetes, cáncer y enfermedades cardíacas. Son padecimientos que afectan a los adultos, entre ellos, a gran cantidad de trabajadores.

“La alimentación y la nutrición están fuertemente ligadas al funcionamiento biológico del organismo, sobretodo en el entorno laboral. La comida tiene un impacto directo en nuestra actividad cognitiva. Por lo tanto, decidir qué vamos a tomar de desayuno y almorzar en un día laboral es profundamente importante si queremos tener un buen desempeño. De hecho, la alimentación es parte indiscutible de estilos de vida y es allí donde es claramente reconocida como un determinante de la salud“. Así lo explica Elizabeth Luna, nutricionista de Sodexo.

Trabajador sano

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha considerado al lugar de trabajo como un entorno prioritario para la promoción de la salud en el siglo XXI. Ello debido a la importancia que ha tomado la fuerza laboral y la incidencia económica que tiene en los niveles de producción. Por lo que es evidente la importancia de generar conciencia y educar a los colaboradores a la hora de elegir su comida. Además, un informe de la Organización Mundial de la Salud señala que una alimentación adecuada y la práctica de actividad física en el entorno laboral puede incrementar su productividad en 20%.

La nutricionista explica que “la población mundial se ve afectada por problemas nutricionales de exceso o déficit. La anemia, la hipoglucemia afectan de forma significativa el rendimiento, la coordinación y disminuyen la capacidad de trabajo físico. Así es como nuestro cuerpo convierte casi todo lo que comemos en glucosa. Es decir, nos entrega la energía necesaria a nuestro cerebro para estar atento y a nuestro cuerpo para hacer todas las actividades cotidianas. Por lo tanto, si se nos está acabando la glucosa, esto genera hipoglucemia. En otras palabras, bajo nivel de azúcar en la sangre, vale decir, poca energía, lo que produce que nuestra atención se disperse. Por eso cuando estamos con el estómago vacío se nos hace muy difícil concentrarnos, produciendo además fatiga, una sensación de agotamiento y cansancio».

Otro factor importante es saber que nuestro cuerpo no procesa todos los alimentos a la misma velocidad. “Las pastas, el pan y los cereales libera glucosa de forma muy rápida, como una explosión de energía. Sin embargo, otros alimentos como las carnes grasas y los embutidos requieren de un mayor trabajo de nuestro sistema digestivo. Eso reduce los niveles de oxígeno en el cerebro y nos hace sentir pesados y lentos, generando un malestar en todo el cuerpo”, menciona Elizabeth Luna.

Comer saludablemente

Por esto, la nutricionista siempre recomienda una dieta saludable. Ya que -además de dar un mejor aporte nutricional a nuestro organismo- previene enfermedades cardiovasculares, reduce el estrés, la fatiga o enfermedades menores.

“El estrés, la ansiedad y el exceso de trabajo pueden provocar que las personas cambien sus hábitos alimentarios comiendo en exceso o saltándose las comida. Ambos son perjudiciales para la salud. Otro factor importante es el tiempo que las personas le dedican a preparar la alimentación. Las personas que no son organizadas tienden a comprar comida chatarra o ultra procesada para salir del paso. Eso finalmente se convierte en un hábito poco saludable”, menciona Luna.

Una alimentación sana ayuda a que el organismo funcione correctamente. Por lo tanto, la recomendación es evitar el consumo de azúcar, como dulces, bebidas y jugos azucarados. También evadir el consumo de frituras y alimentos con grasas, como cecinas y mayonesa, disminuir el consumo de alcohol y evitar sobre todo los destilados, Esto debido a que a mayor grado de alcohol más calorías.

En contrapartida, se sugiere aumentar el consumo de pescado al horno y de legumbres dos veces por semana, evitando siempre mezclarlas con embutidos como longanizas o salchicha. Para mantener una alimentación variada, es fundamental asegurar que sobre el 50% de la alimentación diaria se base en alimentos vivos, es decir, frutas y verduras. Otro alimento energético son los frutos secos, que se caracterizan por ser muy sanos. Pueden incluirse en la dieta en reemplazo de otros snacks menos saludables, contribuyendo a una buena salud cardiovascular.

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